Más vale tarde que nunca

"...más vale tarde que nunca fué creado por sí en algún momento se me ocurriese alguna cosa que decir, o alguna foto que colgar, o alguna cosa que se le haya ocurrido a otro y merezca la pena copiar ..."

martes, 17 de marzo de 2015

Padre y Papá


Hasta hace cosa de un siglo, los hijos acataban el cuarto mandamiento como  un verdadero dictamen de Dios.

Imperaban normas estrictas de educación:

Nadie se sentaba a la mesa antes que el padre, nadie hablaba sin permiso del padre,  nadie se levantaba de la mesa si el padre no se había levantado antes; por algo era el padre. 
La madre fue siempre el eje sentimental de la casa, el padre siempre  la autoridad suprema.



Todo empezó a cambiar hace unas siete décadas, cuando el padre dejó de ser el padre y se convirtió en papá. El mero sustantivo era ya una derrota. Padre es una palabra sólida, rocosa, imponente; papá es un apelativo para oso de felpa o para perro faldero; da demasiada confianza. Además, con el uso de papá el hijo se sintió autorizado para protestar, cosa que nunca había ocurrido cuando el papá era el padre. 
A diferencia del padre, el papá era tolerante. Permitía al hijo que fumara en su presencia, en vez de arrancarle los dientes de un trompazo, como hacía el padre en circunstancias parecidas. Los hijos empezaron a llevar amigos a la casa y a organizar bailes y bebidas, mientras papá y mamá se desvelaban y comentaban en voz baja: Bueno, por lo menos tranquiliza saber que están tomándose unos tragos en casa y no en quién sabe dónde.  
El papá marcó un acercamiento generacional muy importante, algo que el padre desaconsejaba por completo. 
Los hijos empezaron a comer en la sala mirando la tele, mientras papá y mamá lo hacían solos en la mesa. 
Papá seguía siendo la autoridad de la casa, pero una autoridad bastante maltrecha. 
Era, en fin, un tipo querido; lavaba, planchaba, cocinaba y, además, se le podía pedir un consejo o también dinero prestado. 
Y entonces vino papi.    
Papi es un invento reciente de los últimos 20 ó 30 años. Descendiente menguado y raquítico de padre y de papá, ya ni siquiera se le consulta ni se le pregunta nada. Simplemente se le notifica. 
Papi, me llevo el coche, dame para gasolina. 
Le ordenan que se vaya al cine con mami mientras los hijos están de fiesta. 
Lo tutean y hasta le indican cómo dirigirse a ellos: 
¡Papi, no me vuelvas a llamar "chiquita" delante de Jonathan! 
No sé, qué seguirá después de papi. Supongo que la esclavitud o el destierro definitivo. 
Yo estoy aterrado, después de haber sido nieto de padre, hijo de  papá  y  papi  de  mis  hijos, mis nietas han empezado a llamarme "pa"..........!!! 

 
CREO QUE  QUIEREN DECIR ¡¡¡PA  QUE MIERDA SIRVES !!!! 

sábado, 22 de noviembre de 2014

martes, 4 de noviembre de 2014

Evolución de la gripe en España

Google.org publica:
Cada semana, millones de usuarios de todo el mundo buscan información sanitaria online. Como es de esperar, se realizan más búsquedas relacionadas con la gripe durante la temporada de gripe, más búsquedas sobre alergias durante la temporada de alergias y más búsquedas sobre las quemaduras solares durante el verano. En Estadísticas de búsqueda de Google, se ofrece información sobre todos estos fenómenos. Pero, ¿pueden proporcionar las tendencias de las consultas la base de un modelo preciso y fiable sobre los fenómenos del mundo real?
Hemos descubierto que existe una estrecha relación entre el número de personas que realizan búsquedas relacionadas con la gripe y las personas que realmente sufren síntomas gripales. Obviamente, no todas las personas que buscan "gripe" están enfermas, pero cuando se suman todas las búsquedas relacionadas con esta enfermedad surge un patrón. Al comparar nuestros recuentos de consultas con los sistemas tradicionales de seguimiento de la gripe, hemos descubierto que las consultas suelen ser muy frecuentes justo en la temporada de auge de esta enfermedad. Mediante el recuento de la frecuencia de estas consultas, podemos estimar en qué medida circula la gripe por diferentes países y regiones de todo el mundo. Nuestros resultados se han publicado en la revista Nature.

domingo, 15 de diciembre de 2013

España nos roba

Ya entiendo por qué en Cataluña existe la percepción de que España les roba. A mi me ha pasado lo mismo esta mañana en Carrefour.


Con el formato ahorro pagas 24 céntimos más. En Carrefour han debido de pensar que somos catalanes.

Esta foto la he tomado yo esta mañana el el Carrefour del Centro Comercial Los Valles en Collado Villalba, Madrid

viernes, 25 de octubre de 2013

INCREIBLE: Quién bebe vino vive menos...





  • Menos triste.
  • Menos deprimido. 
  • Menos tenso.
  • Menos peleado con la vida.
  • Menos enfermo del corazón.
Piensa en ello.

Los Vinos más amargos de la historia:

1) Vino mi suegra.

2) Vino el recibo.

3) Vino el de Hacienda.

Y el más amargo y jodido de todos...

¡NO LE VINO..!!!!

Para mis tintos amigos, sauvignon cordiales, y que tengan una semana merlot.  

jueves, 17 de octubre de 2013

Certera reflexión

La generación que construyó España


“¿Quiénes son los pobres? Los nietos de los ricos”. Aforismo castellano

Cuando analizas lo que ocurre en una empresa o una sociedad, debes buscar las causas que provocan su situación, porque sólo trabajando sobre las causas, puedes cambiar los efectos. Y no tengo ninguna duda de que una de las principales causas de la prosperidad que vivimos en los años pasados fue la actitud de la generación de nuestros padres, y una de las principales causas de la crisis, es haber perdido esa actitud.

Recuerdo que hace años, un empresario brillante que viajó a China para hacer negocios, me comentaba: “China va a ser imparable. Cuando llegas allí el ambiente te recuerda la España de los años 70. Todo el mundo quiere trabajar mucho, ahorrar, comprarse su casa, su coche, que sus hijos vayan a la universidad… Cuando una generación está así centrada,
no hay quien la pare” Este pensamiento me hizo reflexionar entonces y me ha vuelto a la memoria al contemplar a las tres generaciones que convivimos.

Mis padres tienen en torno a 70 años, y siempre han sido un ejemplo de trabajo, honradez, austeridad, previsión y generosidad. Pertenecen a una generación que, como dice mi padre, les tocó el peor cambio: de jóvenes trabajaron para sus padres y de casados para sus hijos.

Son gente que veían el trabajo como una oportunidad de progresar, como algo que les abría a un futuro mejor, y se entregaron a ello en condiciones muy difíciles. Son una generación que compraba las cosas cuando podía y del nivel que se podía permitir, que no pedía prestado más que por estricta necesidad, que pagaban sus facturas con celo, y ahorraban un poco “por si pasaba algo”, que gastaban en ropa y lujos lo que la prudencia les dictaba y se bañaban en ríos cercanos, disfrutando de tortillas de patata y embutidos, en domingos veraniegos de familia y amigos.

Y tan sensatos, prudentes y trabajadores fueron, que constituyeron casi todas las empresas que hoy conocemos, y que dan trabajo a la mayoría de los españoles.

Sabían que el esfuerzo tenía recompensa y la honradez formaba parte del patrimonio de cada familia. Se podía ser pobre, pero nunca dejar de ser honrado.

La democracia significaba libertad y posibilidades y seguir viviendo en armonía y respeto.

Y cometieron los dos peores errores imputables a esa generación:

1)      “Que mis hijos no trabajen tanto como trabajé yo”. Nos
cargamos la cultura del esfuerzo y del mérito de un p lumazo,
convirtiendo el trabajo en algo a evitar.

2)      “Como tenemos unos ahorrillos, hijo, tu gasta, que para eso están tus padres”. Con lo que mi generación empezó a pensar que el dinero nacía en las cuentas corrientes de sus padres, que daban la impresión de ser inagotables y que los bancos eran unas fuentes inagotables de hipotecas, rehipotecas y contrarehipotecas.

Y entonces, eclosionó nuestra generación (yo soy del 67).
La generación de los nuevos ricos, la generación de “los pelotazos”, del gasto continuo, de la especulación, de la ingeniería financiera, de la exhibición del derroche, la de lo quiero todo y lo quiero ya, la de “papá dame”.

Y todos nos volvimos ricos (en apariencia), todos nos convertimos en gastro-horteras. ¿Conocéis a alguien que se atreva a comer un bocata de chorizo? Le corren a gorrazos por paleto. Ahora hay que comer hamburguesas deconstruidas al aroma de los almendros al atardecer. ¿Y qué decir del vino? Pasamos del Don Simón con Casera, al Vega Sicilia sin fase de descompresión. El vino ya no est=1 “bueno”, ahora tiene matices a fruta del bosque, con un retrogusto alcohólico, que adolece de un cierto punto astringente, con demasiada presencia de roble.
Esto, por supuesto, a golpe de docenas de euro, que para ser un “enterao” hay que pasar por taquilla. ¡Y es que pocas cosas cuestan tanto, como ocultar la ignorancia!

Somos la generación de “endeudarse para demostrar que eres rico”.
Increíble pero cierto.

-          ¿Sólo debes 500.000 €? Es que eres un cutre. Mira, nosotros debemos ya 2.000.000 y nos están estudiando una operación por otros 2 más.

-          Vosotros sí que sabéis sacar provecho al sistema… Ojalá yo algún día pueda deber esas cantidades. ¡Cuánto envidio tus préstamos!

En Alemania no daban abasto a fabricar Mercedes, Audis, BMW para los españoles.

Irrumpió Europa en nuestras vidas y llegó en forma de mega infraestructuras que producían mega comisiones para todos los involucrados. ¡Viva el cazo! ¡Viva el yerno del Rey! ¡Que se besen los padrinos! Además llovían las subvenciones, nos daban una fortuna por plantar viñas y luego a los dos años otra fortuna por arrancarlas. Que llegaba un momento que no sabías si tenías que plantar o arrancar. A propósito, ¿Qué toca este año?

Si algún “tarao” dice que hay que parar esto, se le lapida y  “que no pare la fiesta”. Por supuesto que todos estamos de acuerdo que esto es imposible que se sostenga, pero hay que empezar a recortar por el vecino, que lo mío son todo derechos esculpidos en piedra en la sacrosanta constitución.

De la siguiente generación mejor no hablar (lo dejaré para otro post).
Esa es la generación que dice el aforismo que será pobre, por ser nieta de ricos.

Si somos incapaces de volver a los valores con los que se construye una sociedad sostenible, nos hundiremos, eso sí, cargados de reivindicaciones.

En mi casa siempre he tenido un ejemplo vivo de cordura, honradez y esfuerzo. Y no han sido menos felices que nosotros. Los psiquiatras, de hecho, dicen que al revés, que han sido bastante más. Debe ser que la sencilla tortilla, el melón fresquito, comprar el sofá cuando se podía, poner las cortinas cosidas por nuestra madre, con ayuda de la abuela, trabajar y echarle huevos para emprender (aunque no lo llamaban así) no debía ser mala receta.

Desde aquí quiero dar las gracias a mis padres y a toda esa generación que nos regalaron un país cojonudo, que nos hemos encargado de arruinar (entre todos, que todos hemos aplaudido la locura), y que sólo con que nos descuidemos un poquito más, le vamos a dejar a nuestros hijos un protectorado chino, donde serán unos esclavos endeudados y tendrán unas historias legendarias sobre la prosperidad que crearon sus abuelos, empeñaron sus padres y son incapaces de imaginar los nietos.

Estamos a tiempo de cambiarlo, pero cada vez tenemos menos. Podemos encontrar maestros en casa.