La ventaja de vivir en Madrid es que cuando viajas por España casi todo está a la misma distancia, de una a dos horas y media en AVE ó 50 minutos de avión, más retrasos y desplazamientos.
Normalmente voy en AVE por comodidad y puntualidad. La verdad es que no hay color. Las butacas son anchas, cómodas y espaciosas, vas viendo una película, trabajando con el portátil, leyendo y cuando se te entumecen los músculos, te levantas y te das un paseo hasta el vagón cafetería y te tomas un refresco.
Pero a Granada de momento no hay AVE, así que voy en avión, por supuesto con Iberia. Me levanto dos horas antes de la hora de embarque, me dirijo al aeropuerto y, entonces viene el momento clave, hay que pasar por el control de equipajes.
Pongo el PC en una bandeja sola, en otra bandeja pongo la americana con todos los trastos en los bolsillos, llaves, móvil, monedero, etc...y el la tercera bandeja pongo el maletín del portátil.
Paso por el escáner y, por supuesto pita (seguramente no tuve en cuenta que la noche anterior bebí un poco de agua mineral y seguramente el sistema ha debido de detectar alguna partícula de hierro)
El guarda de seguridad me cachea, comprueba que no porto ninguna arma de destrucción masiva y me deja pasar... Pero el que estaba a los mandos del aparato de rayos X, me dice que recoja todas mis bandejas y las vuelva a pasar, pero esta vez tengo que poner un dispositivo electrónico en cada bandeja.
Salgo, me vuelvo a poner en la cola y esta vez pongo el PC en una bandeja, el iPad en otra bandeja, el otro iPad en otra bandeja, el iPhone en otra bandeja, el maletín en otra bandeja y la americana con el cinturón en otra bandeja.
Me gustaría que vierais la foto:
Con una mano sujetándome los pantalones para que no se me cayeran y con la otra sujetando seis bandejas.
Vuelvo a pasar y ,por supuesto, el escáner vuelve a pitar, el guardia de seguridad me vuelve a cachear comprobando por segunda vez que no llevo armas de destrucción masiva. y afortunadamente el del scanner esta vez no me puso pegas porque estaba diciéndole al pasajero que venía delante de mi, que no le consentía que le faltara al respeto...
Recuerdo cuando viajar en avión era un lujo, propio de seres humanos y no como ahora que se está convirtiendo en algo parecido al transporte de ganado.
Lo bueno es que después de pasar el control de equipajes, estás preparado para disfrutar de los retrasos, las butacas, y el resto del servicio que te dispensan en el viaje.
La próxima vez me pensaré ir en coche...
